Acoso escolar (bulling)
Cómo ayudar al niño en caso de acoso en la escuela
Se define como una forma de violencia mantenida, mental o física, que parte de un escolar o de un grupo, contra otro escolar. Puede ir desde la agresión física y verbal hasta la exclusión social produciendo un gran nivel de sufrimiento y consecuencias psicológicas importantes.
Es difícil explicar cómo se inicia un proceso de acoso escolar, ha pasado de ser contemplado cómo un fenómeno circunstancial propio de la inmadurez de las relaciones entre niños y adolescentes a convertirse en una cuestión altamente preocupante por la alta incidencia con que se está produciendo. La edad de mayor riesgo se sitúa entre los 11 y los 15 años, por que es cuando más cambios se producen, cuando pasan del colegio al instituto. Casi un 6% de los alumnos españoles han vivido en sus propias carnes el fenómeno del bullying.
El agresor escolar tiene un perfil de agresividad y déficit de habilidades sociales, contribuyendo al desarrollo de una baja autoestima, baja capacidad empática, dificultades escolares, conductas desadaptadas y situaciones de acoso y violencia entre los compañeros.
La víctima de acoso escolar, habitualmente, tiene unas características concretas que se exponen a continuación:
- Personalidad insegura
- Baja autoestima (causa y consecuencia del acoso)
- Alto nivel de ansiedad
- Déficit de habilidades sociales
- Timidez
- Comienza a tener trastornos psicológicos (depresión, ansiedad)
- Más frecuentemente varón
- Menos fuerte físicamente
- Rasgos físicos (gafas, obesidad, color de pelo, raza diferente…)
- Sobreprotección familiar o dependencia
- Mayor dificultad para hacer amigos
- Menos populares de la clase (pobre red social)
Las consecuencias son numerosas y graves: fracaso y dificultades escolares, alto nivel de ansiedad, fobia escolar, déficit de autoestima, cuadros depresivos, intentos de suicidio, autoimagen negativa, desesperanza e indefensión.
La mayoría de las veces los padres y profesores son los últimos en enterarse de lo que les ocurre, la vergüenza o el miedo a las represalias provocan que lo oculten.
Indicios que pueden ayudar a los padres a detectar lo que ocurre
- Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor
- Tristeza, llantos o irritabilidad
- Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito
- Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos
- Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales
- Aparece con golpes, hematomas o rasguños
- No quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros
- No acude a excursiones, visitas, etc, del colegio
- Quiere ir acompañado a la entrada y a la salida
- Se niega o protesta para ir al colegio
No sólo la victima requiere tratamiento, sino también el/los agresores ya que en el acoso escolar ambos sufren consecuencias, que en el caso del agresor le predispone a agresividad en el futuro y al potencial desarrollo de conductas de maltrato en la vida adulta.
Es necesario intervenir en el ámbito escolar, familiar e individual para resolver este grave problema.
Tratamiento
El primer objetivo será lograr que cese el acoso, interviniendo en el medio escolar y familiar. Paralelamente habrá que trabajar las múltiples consecuencias psicológicas que produce este tipo de acoso para restablecer la autoestima y la confianza de la víctima y trabajar las conductas desadaptadas del/los agresores.